miércoles, 20 de octubre de 2010

Que Avellaneda no se haga costumbre

  Otra vez Avellaneda fue escenario de represión. Como lo fue en junio de 2002 con la muerte de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki -por orden del entonces presidente Eduardo Duhalde- hoy, en las primeras horas de la tarde, otro asesinato nos llama a expresar nuestro más profundo repudio.
Mientras se llevaba a adelante una manifestación por el despido de 150 trabajadores y por el pase a planta de 1.500 empleados tercerizados de la línea Roca, en el intento de cortar uno de los ramales del ferrocarril, fueron atacados por una patota del sindicato Unión Ferroviaria y por la policía bonaerense, quienes asesinaron a Mariano Ferreira (de 23 años, estudiante y militante del PO) y dejaron a otros trabajadores y militantes heridos.  La Unión Ferroviaria –dirigida por el infame José Pedraza- pertenece y responde a la CGT de Hugo Moyano. Cuando nos intentan mostrar la nueva faz “progresista” de la CGT y sus dirigentes, estos hechos no hacen más que demostrarnos su verdadero rostro: connivencia con las patronales, persecución gremial y sumisión al gobierno nacional. En fin, los gordos siguen siendo gordos; es difícil que el chancho chifle.
No nos bastan ni nos conforman las declaraciones de la presidenta y su marido sobre las intenciones de buscar los autores materiales e intelectuales del crimen; sabemos que no son más que proclamas vacías. Los desaparecidos durante sus gobiernos, los miles de asesinados por gatillo fácil, la inmensa cantidad de procesados y presos políticos, como así también tantas otras represiones que han quedado impunes, no hacen más que contradecir sus dichos.
Más allá de que el gatillo en este caso haya sido disparado por miembros de una patota, las responsabilidades políticas del gobierno provincial y nacional son inexcusables. Sea el delito o sea el crimen cometido por una policía local, provincial, federal o por civiles que fueron enviados con el mismo fin -es decir, más allá de las formas que adopta la estrategia represiva del gobierno- la responsabilidad siempre recae en el mismo lugar.
Para que Avellaneda no se haga costumbre, nos queda a nosotros, los estudiantes, trabajadores, desocupados y a todos los que luchan día a día por cambiar la realidad, organizarnos para enfrentar y luchar contra la impunidad, la burocracia y el desprecio de las clases dominantes por la vida de los trabajadores.
Denunciamos la responsabilidad política del gobierno nacional y de la CGT
Apoyamos a los trabajadores en su lucha
Basta de represión y persecución a los trabajadores
No más muertos por luchar
¡Mariano Ferreira  presente!
Convocamos a marchar desde plaza San Martín este jueves 21 de octubre a las 17 hs.

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